sábado, septiembre 30, 2006


Calafia los mira fijamente, tal como él le enseñó a mirar. “Nunca desvíes los ojos, en el puma o en el cimarrón los ojos se te quedan fijos, para advertirte que son, que están y que te observan. Para saber si tu tienes peso o solo levitas. Si vales la pena o no ameritas el cansancio …”.
Su pueblo es poco, nuevos grupos están surgiendo, y lo que decida con este hombre y mujer, puede afectar al resto de la tribu. El deseo entre mas se oprima mas prende, y el calor que de ambos emana puede llevar a la guerra. Piensa reflexiva que todo tiene un peso y un trueque. A ella le toco llevar sobre los hombros decisiones difíciles a cambio de vagar libremente y no detenerse con la noche, a cambio de ser Calafia.

1 Comments:

Blogger Real de lo virtual said...

Excelente argumento para una historia.

Pero ¿quién es Calafia?
¿Quién es él? ¿el que enseña a mirar y enfrentar el acecho de los de los depredadores?

De las enseñanzas a la pasión, interesante brinco pero me parece que es un extreme close up inecesario.

Me quedo con el alma de la historia, bien trabajada, podrías convertirla en algo que se antoje seguir leyendo.

Un abrazo

Mando comentarios puntuales en tu inbox.

4:49 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home