Riquisimos kreteks negros

En casa de mi bro tienen una cajetilla vacía de ellos, my Arielesco me la pidió quesque pa acordarse de mi. Vulcano (algún día ahondare sobre el tema) solía decirme “ya estas fumando otra vez esas chingaderas mija”. Ya ni recuerdo como y cuando probé el primero. En algún momento hace años atrás, no se encontraban en este lado de la frontera y tenia que dirigirme al extranjero a comprarlos, pero Dios gracias, el pinche TLC me permite el vicio de forma nacional.

Monserga aromática pa algunos, olor delicioso pa otros. Son unos cigarritos, que cuando no los compro yo, me regalan los que me conocen por que saben que me encantan. De esos lujos dañinos que me saben a gloria, y que siempre intento dejar pero nomás no.

Vienen dormidos en una caja cuadrada y aplanada, en dos paquetitos de 10 cada uno, bien apretaditos los cabrones, así que siempre batallas pa fumarte los dos primeros de cada paquete. Son cigarros que tienen menos potencia de tabaco que los cigarros comunes (bueno, traen mas que los lights). Si los pesáramos el 40% es clavo. Lo chingón de estas pequeños y delgados placeres es que el filtro viene “especiado” con cardamo, canela y pos a huevo, clavo. Sueltan un humo denso, y por lo regular duran una madre más que los cigarros comunes. Después de una buena inhalada, queda la boca y los labios con un sabor dulce y una sutil sensación de adormecimiento.

-“ya estas fumando otra vez tu pinche incienso”-
Volteo, mirada fija, no hay prisa, y entre el humo digo:
-“a que bien chingas”-
Y continuo disfrutando, que a fin de cuentas pa eso son.